sábado, 30 de noviembre de 2019

"EL INTELECTUAL MEXICANO, UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN"

Hace tiempo, el título capturó mi atención desde los estantes de las librerías, pero no me había decidido a comprarlo. Los autores, Luciano Concheiro y Ana Sofía Rodíguez, me eran aún desconocidos. El libro consiste en una colección de entrevistas con personajes notables que participaron en el ambiente cultural y político mexicano en la última mitad de siglo. Varios de ellos son bastante conocidos; otros no tanto. Mi propósito aquí es dar una breve reseña del contenido y compartir las reflexiones a las que me llevó su lectura.

    La obra consta de catorce entrevistas entre las que se cuentan las de Elena Poniatowska, Roger Bartra, Lorenzo Meyer, Jorge G. Castañeda y Juan Villoro. Gran parte de las entrevistas son entretenidas, sin embargo hay dos o tres que más bien son parcas. El interés inmediato surge de la narración de anécdotas; la remembranza de personajes ya desaparecidos como Octavio Paz y Carlos Monsivaís son un tópico recurrente. También resulta interesante la manera en que los entrevistados forman la idea que tienen de sí mismos, las justificaciones que dan a sus trayectorias y la importancia que se adjudican. Aunque esta no es una fuente dura para el estudio de las publicaciones periódicas en México, creo enriquecedor el acercarse a los juicios subjetivos que emiten los principales protagonistas del ámbito periodístico en los últimos 60 años.

 
Octavio Paz y Carlos Monsivais circa. 1971

    De entre todas, resalto la entrevista con el doctor Juan Ramón de la Fuente. Los autores expresan su intención de no excluir a los científicos en su definición de intelectual, cosa que me pareció un buen punto. Desgraciadamente, la entrevista deja que desear, pues las preguntas son poco incisivas y las respuestas vagas. Al final de cuentas, uno se queda con ganas de leer un trabajo igual a este, pero sobre científicos. ¿Cómo experimentan los hombres de ciencia la influencia de la política en su labor? ¿Hasta qué punto los investigadores han desempeñado un papel más allá de las aulas?

    Varios entrevistados tuvieron una formación política de izquierda, con una marcada tendencia militante; pertenecieron a organizaciones sindicales, vivieron el movimiento estudiantil del 68 o participaron en el surgimiento y transformación de partidos políticos. No faltan los testimonios relativos al antiguo Partido Comunista Mexicano, desde dentro y desde fuera. Así, el texto nos invita a reflexionar sobre la izquierda en México: lo que significa y significaba pertenecer a esta corriente política, y la manera en que el ímpetu militante muchas veces termina en contemporización con el establishment.

    Como último apartado viene incluida, más que una conclusión, una especulación respecto a la presunta próxima extinción de los intelectuales y lo que nos depara el futuro con internet. Opino que esta parte es, por mucho, la más importante y que fue un error total no haberla incluido a modo de introducción. A pesar de que los autores citan nombres y presentan fundamentos teóricos, es lamentable que las entrevistas carezcan totalmente del elemento prospectivo. Cuando se termina de leer las últimas líneas, surge la pregunta: ¿por qué no fueron estas reflexiones el eje sobre el que se articularon todas las entrevistas? Definitivamente habría sido genial saber de primera mano la opinión de los aludidos.

    En fin, admito que disfruté del libro y aprendí de él, aunque no superó mis expectativas. Me queda la impresión de ser un trabajo que pudo haber ofrecido mucho más. El intelectual mexicano, una especie en extinción vale la pena como lectura introductoria, pues despierta el interés por profundizar en el tema y es entretenido, pero sólo eso.


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