viernes, 30 de noviembre de 2018

VIDEOJUEGOS, HISTORIA Y FUTURO


Haciendo profesión de nerd presento aquí un extracto del manual de uno de mis videojuegos favoritos: “Civilization - Beyond Earth” (Más allá de la Tierra). Este juego es una secuela con variaciones de una serie de juegos ya clásica, aunque algo underground, llamada “Civilization”. En general la serie se trata de conducir a una civilización histórica (egipcios, romanos, franceses, aztecas etc.) mediante la administración de sus recursos y la toma de decisiones por turnos hasta alcanzar ciertos objetivos o victorias.


La particularidad de Beyond Earth es que está situado en un futuro hipotético dónde la humanidad se vio forzada a colonizar un nuevo planeta lejano y hostil. A dicha colonización se lanzan 8 expediciones herederas de las actuales “civilizaciones” terrestres que podrían mover a risa por su carga estereotípica: Sudamericanos autoritarios y militaristas, Asiáticos productivistas, Europeos cultos, Indios demográficos, ¿Norteamericanos afectos al espionaje? (El creador del juego es estadounidense, quizá haya que tomarle la palabra), entre otros. Aquí específicamente quiero rescatar una de las mecánicas del juego que lo hace interesante no solamente porque influye en la manera en que se juega, sino porque plantea cuestiones sobre el futuro que, como amante de la historia, hicieron volar mi imaginación.

“La humanidad debe adaptarse para sobrevivir. A la filosofía que tu civilización adopta hacia la adaptación se le llama “Afinidad”. Hay tres afinidades entre las cuales puedes elegir: Armonía, Supremacía y Pureza. Estas afinidades afectan todos los aspectos de tu civilización. Desde la manera en que tu infraestructura y unidades militares funcionan, hasta el permitirte descubrir y aprovechar nuevos recursos naturales.
Aquellas colonias que tienen a la Armonía por afinidad se esfuerzan en transformar a la humanidad mediante el ensamblaje y modificación de sus genes. Sus líderes buscan coexistir con la vida alienígena y el terreno nativo. Las colonias que han progresado mucho en Armonía son capaces de producir sus propias versiones de las formas de vida halladas y sacan provecho de los agentes sanadores que el planeta mismo ofrece.
Aquellas que son afines a la Supremacía poseen la convicción de poder colonizar cualquier mundo empleando la nanotecnología, implantes biomecánicos y cibernética. Sus líderes adquieren una apariencia robótica y sus unidades militares avanzadas incluyen vehículos no tripulados y autómatas de combate.
Las colonias de afinidad Pureza creen que este nuevo mundo debe adaptarse al modo de vida humano. Se enfocan en la preservación y enaltecimiento de la fisiología e historia humana. Cuentan con el desarrollo de exo-trajes y diversos vehículos para sobrevivir y conquistar.”

En la práctica éstas “afinidades” se experimentan en el juego más bien como los “bloques” de la guerra fría, pues las civilizaciones más poderosas buscan hacer que las otras sigan su afinidad por medios diplomáticos o militares. Además, curiosamente, cada afinidad te ofrece una manera particular de ganar el juego: “Trascendencia” (Armonía), “Tierra Prometida” (Pureza), “Emancipación” (Supremacía). Mismas que se añaden a las dos victorias que puedes alcanzar independientemente de la afinidad de tu civilización: “Dominación” y “Contacto”. Las conclusiones quedan abiertas.




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